El mundo empresarial puede aprender de los cuentos de fantasía:
Alicia y la Reina Roja de la baraja de cartas se lanzan a una carrera desenfrenada:
– Pero, Reina Roja, es extraño, ¡corremos velozmente, pero el paisaje no cambia! – dice Alicia
– Corremos para quedarnos en el mismo lugar –responde la reina.
Cuando Lewis Carroll escribió esta importante obra de la que se hace referencia a uno de sus pasajes [1], probablemente no imaginó la cantidad de consecuencias imprevistas que podía generar en cuanto a términos de extrapolación de esta paradoja se refiere. Fue Leigh Van Valen(nacido en 1935, un biólogo evolutivo) quien desarrolló y expresó por primera vez ésta metáfora para ilustrar la carrera que siguen todas las especies en su proceso de mejora evolutiva.No avanzar es ir hacía atrás. Para quedarse en el mismo lugar hay que ir tan deprisa como las demás especies.[2]
La teoría enuncia concretamente:
El medio en el que vivimos evoluciona, y tenemos que evolucionar por lo menos con la misma velocidad para quedarnos en el mismo lugar y no desaparecer.
Partiendo de esta base, no resulta difícil extrapolar esta metáfora al mundo empresarial y los negocios. Después de todo, las empresas son abstracciones sociales que pueden considerarse vivas y con capacidad evolutiva.
Cuando en un comienzo la idea de innovar y liderar el mercado parecía una estrategia claramente diferenciada y que daba valor absoluto a una empresa, lo cierto es que con el paso del tiempo parece que estas promesas de valor garantizan solo correr para quedarse en el mismo punto, al menos a largo plazo. Así, por ejemplo Apple cuando en un principio fue pionero de la tecnología móvil haciendo una revolución a nivel mundial, años más tarde descubriría que este hecho también causó que la competencia se hiciese más fuerte – tal como cuanto más consiguen las espadas ser más cortantes, más espesos se tornan los escudos; o contra más destructores sean los mísiles, más profundos serán los búnkeres y más rápidos serán los mísiles antimisiles[3]– y ahora solo se encuentran con la tarea de superarse a si mismos a través de mucha innovación –corriendo a toda prisa– ya no para ganar, sino para no perder cuota de mercado – quedarse en el mismo lugar –. Ni que decir del una vez gigante Microsoft, ahora renegado a sobrevivir de sus antiguas riquezas y activos, a pesar de que han corrido, no ha sido suficiente para quedarse en el mismo lugar. Y así muchos otros ejemplos del mundo real, y es que en los días que corren, lo que ayer fue verdad hoy ya es historia.
Tal vez como reflexionó Kenichi Ohme una vez:
En el mundo real de los negocios no se requieren estrategias perfectas. Lo que cuenta no es la forma de actuar en términos absolutos, sino la actuación con respecto a la competencia.
REFERENCIAS
[1] Carroll, Lewis.Through the Looking-Glass and what Alice Found There
[2] http://es.wikipedia.org/wiki/Hipótesis_de_la_Reina_Roja
[3] Ohmae, Kenichi.The Mind of the Strategist: The Art of Japanese Business. McGraw Hill (1982)