El camino que debe transitarse para lograr mantener los principios a lo largo del ciclo de vida de una empresa puede llegar a ser duro y decepcionante. El cerco de ambición desmedida y de tergiversación de principios que propone la configuración by default de los mercados actuales para sobrevivir es asfixiante. Sin embargo existen motivos para pensar que esto puede cambiar. En el pasado evento de la #CAS2K14 Cristóbal Colón y Pedro Serrahima así lo demostraron(…)
Lo más importante en esta vida es decidir que es lo más importante. Así comenzó el diálogo que cerró de forma magistral la conferencia THE NEXT MANAGEMENT –CAS 2014, en la que se dieron cita por lo menos más de 500 personas y de la que fue testigo la hermosa ciudad condal de Barcelona. Cristóbal Colón, fundador de la cooperativa La Fagueda y Pedro Serrahima, Director de PepePhone, protagonizaron este diálogo que, entre risas y cargado de mucha filosofía, sumergió en una completa Epifanía a muchas personas entre el público asistente.
Curiosamente, dos personas que en principio no parecían tener mucho en común, resultaron totalmente compatibles en al menos un poderoso aspecto: ambos han creado empresas con principios. Y aunque pueda resultar simple a primera vista, en un mundo empresarial contaminado por el “Arte de la Guerra”, “Maquiavelo” y otras herramientas oscuras, en donde, los principios pueden ser negociados a mansalva para lograr objetivos comerciales, este aspecto de coincidencia entre ambos protagonistas generó —por lo menos— una realidad rompedora.
Admitámoslo. Son personas con suerte. ¿Cuántos Cristóbal Colón y Pedro Serrahima se han quedado en el intento en este mundo corrompido? Pero esta suerte, la que a veces sonríe también a las personas que perseveran, no podía funcionar si no fuese acompañada de una hábil maniobra por parte de los conductores de la obra.
El camino que debe transitarse para lograr mantener los principios a lo largo del ciclo de vida de una empresa puede llegar a ser duro y decepcionante. El cerco de ambición desmedida y de tergiversación de principios que propone la configuración by default de los mercados actuales para sobrevivir es asfixiante: ¿Cuántas veces no admitió Pedro que estuvo a punto de quebrar? ¿Cuántas veces no comentó Cristóbal que se le acorraló intentando hacer flotar la “ley del más fuerte”? ¡Ah, pero el sentido del trabajo es el trabajo con sentido! Y es aquí donde se necesita la mayor de las fortalezas para seguir adelante. ¿Qué es el éxito, después de todo, sino ir de fracaso en fracaso sin desesperarse?
Ser coherente e independientemente de las circunstancias, ofrecer calidad en los productos sin necesidad de publicidades fantasiosas y eufemismos, respetar al cliente y tratarlo como una persona normal, poder explicar lo que se hace… ¿De verdad tiene que ser tan complicado y poco rentable?
Hemos llegado a tal punto de descomposición que las propuestas con sentido común —como las que comentaron Pedro y Cristóbal— pueden llegar a parecernos asombrosas. Me pregunto si en un futuro, quizá en los próximos 100 años, en una conferencia CAS 2114, habrá otro Cristóbal Colón y otro Pedro Serrahima hablando sobre el sentido común y el arte de tener principios como estrategia, pero esta vez sin generar Epifanía entre los asistentes. Solo así, pudiésemos afirmar que se asoman aires de cambios.
Al final, los productos sin publicidades fantasiosas y eufemismos sino con números y cifras reales de sus usuarios serán los que sobrevivirán